La transición a la democracia en los años setenta posibilitó la creación de un sistema asociativo empresarial cohesionado y estable por primera vez en la historia de España. En este artículo, y a través del análisis del caso sevillano, se propone una interpretación acerca de las modalidades y estrategias adoptadas para llevar a cabo la transición desde la Organización Sindical franquista, de afiliación obligatoria, hacia un nuevo modelo libre e independiente del poder con el objetivo de asegurar la defensa de sus intereses en el diseño del proceso de reforma política. La gestación de ese sistema estuvo marcada -al igual que la transición política- por el espíritu de consenso entre las diversas tendencias presentes en el empresariado, de modo que el pacto resultante, basado no en razones Ideológicas sino puramente pragmáticas, permitió el desarrollo de un sistema equilibrado entre los distintos criterios organizativos posibles y la representatividad de los grupos sectoriales más potentes que culminó con la creación de la CEOE.
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