Resumen de ¿Democracia o carbonocracia?: corrupción intelectual y el futuro del debate sobre el Clima
Contrariamente a la impresión popular, la mayoría de los negociadores del clima ya no se molestan en discutir como hacer drásticas reducciones a las emisiones de combustibles fósiles. Tampoco hablan seriamente sobre como compartir la limitada capacidad del planeta para reciclar las emisiones de carbono. Tampoco se analizan las causas profundas del calentamiento global. Ni se apoyan los esfuerzos actuales más relevantes para adaptarse al mismo. En su lugar, se polemiza sobre los cálculos -que debieran considerarse acientíficos- sobre que cantidad de emisiones de combustibles fósiles son capaces de «neutralizar» los árboles a través de la fotosíntesis. Se argumenta sobre quién debe recibir el botín/recompensa de las actividades para la «mitigación climática», cuyo fraude es de sobra conocido, tales como subvenciones para plantaciones de árboles o centrales térmicas de carbón. Se planifica un mercado del carbón carente de un sistema claro de contabilidad que redistribuya el aire y la tierra de pobres a ricos. Tal cínico juego ha acaparado las negociaciones durante años. El mismo esfuerzo podría haber sido dedicado con más prudencia a tomar medidas prácticas para atenuar el cambio climático y sus efectos
