La necesidad de llegar antes que los competidores y en mejores condiciones está empujando a los directivos a buscar en las Escuelas de Negocio los fundamentos de nuevos conocimientos y habilidades. Ello está imponiendo un nuevo modelo de relación entre las empresas y las instituciones formativas basado en la colaboración, de tal manera que los programas dejen de ser un diseño propio de las escuelas y pasen a adaptarse a la medida de las necesidades de sus "consumidores". Se perfila así un nuevo sistema de copropiedad, más vinculante y basado en la credibilidad y confianza mutuas.
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