LA evolución de la moneda medieval, en unos mil años de historia, se refleja en tres aspectos principales y otros secundarios: 1) la evolución estilística que modifica progresivamente la moneda desde el siglo V al XV; 2) la evolución de la espada, que queda reflejada en las diversas monedas; 3 ) el cambio de «función» con que la moneda aparece, como símbolo, como representación aislada, como arma en mano de un monarca, príncipe, etc., como signo o contraseña de un lugar de acuñación o ceca, y 4) las variaciones debidas a los distintos países y culturas.
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