Los adolescentes están llenos de miedos e inseguridades. A partir de este momento los niños que eran dejan de serlo, para pasar por un periodo de cambio, primero físico, pero después también psicológico. Todo eso metido en un cuerpo que no deja de cambiar día tras día, donde esconder las inseguridades y los temores. El miedo al rechazo (y al fracaso) y la incomprensión en casa hacen que huyan de si mismos, con la consecuencia de alejarse demasiado de si mismos y transformarse en alguien que no son.
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