Clásicamente se le ha dado capital importancia a los hábitos orales en el desarrollo de ciertas maloclusiones. La respiración bucal, deglución atípica, succión del pulgar, queilofagias y onicofagias, etc., han demostrado tener efectos adversos en el desarrollo dentoesqueletal y que dependen en gran medida de la intensidad y prolongación en el tiempo (1-12).La tendencia actual en el manejo de estos pacientes, además del tratamiento corrector ortopédico-ortodóncico en edades tempranas de la vida, pasa por adquirir una adecuada rehabilitación neuromuscular. La eliminación de dichos hábitos a través de ciertos ejercicios mioterápicos fácilmente realizables en el domicilio del niño puede ayudar a desarrollar este equilibrio muscular como se describe en la bibliografía (13-20).
En este artículo se analiza el tratamiento de una niña con maloclusión de clase 111 ósea enmascarada por una posterorrotación mandibular con mordida abierta anterior y hábito de deglución atípica y respiración bucal en un estadio 4 de crecimiento. El tratamiento precoz y el apoyo de un gabinete logopédico se han mostrado altamente eficaces en la resolución del problema.
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