Siete formas de fracasar en grande

• Autores: Paul B. Carroll, Chunka Mui
• Localización: Harvard Business Review, ISSN 0717-9952, Vol. 86, Nº. 12, 2008, págs. 76-86
• Idioma: español
• Texto completo no disponible (Saber más ...)
• Resumen

  • ¿Por qué algunas empresas fracasan tan espectacularmente? Una investigación reciente de 750 de los fracasos empresariales más significativos de Estados Unidos en los últimos 25 años, revela que las culpables son siete estrategias populares pero arriesgadas. Basándose en esa investigación, los autores describen siete sirenas que seducen a las empresas hasta que naufragan. Una se denomina el espejismo de la sinergia; es decir, fusiones basadas en sinergias deseadas, pero inexistentes. Una aseguradora de discapacidades que vendía pólizas grupales hizo esto sin darse cuenta al adquirir otra aseguradora centrada en pólizas individuales, presumiendo que las unidades podrían hacer ventas cruzadas de los productos de cada compañía. Ambas tenían modelos de ventas y clientes totalmente distintos. Las adyacencias falsas también llevan a las empresas por el mal camino, como aprendió una operadora de buses escolares que invirtió millones de dólares en el negocio de las ambulancias. La empresa pensó que su experticia en logística serviría en ese tipo de negocio, pero descubrió que las ambulancias son parte del sumamente regulado negocio de la salud. La ingeniería financiera defectuosa, mantener obstinadamente un rumbo, apostar por la tecnología incorrecta y las consolidaciones apresuradas, también son estrategias peligrosas. Y acaparar empresas de cualquier manera mediante adquisiciones masivas es una estrategia altamente riesgosa, ya que todo lo que se requiere para colapsar la empresa es una leve desaceleración del mercado. Si los ejecutivos de estas empresas hubiesen analizado cuidadosamente el pasado, habrían evitado pérdidas de miles de millones de dólares. No obstante, incluso los equipos más experimentados pueden caer en estas trampas. La mejor forma de proteger a su empresa es estableciendo un proceso formal de evaluación de la estrategia, el que debe ser dirigido por un panel de abogados del diablo que no estén involucrados en el desarrollo de la estrategia.