Este texto se propone afrontar el problema del método en relación con los conceptos políticos necesarios para pensar Europa. Esto implica una reflexión de tipo filosófico- político y un cuadro de orientación histórico-conceptual. Se hace necesaria la referencia a un extenso trabajo crítico acerca de los conceptos políticos modernos que pone en cuestión su pretendida universalidad sin dejar por ello de discutir a la vez con el pensamiento de una larga tradición que encuentra su origen en el mundo griego. No parece posible afrontar y comprender los problemas surgidos a partir del proceso que lleva a la Unión Europea a través de los conceptos que han dado lugar a la doctrina del Estado y que vertebran las constituciones modernas. Estos conceptos nacen en el seno de las doctrinas del contrato social y del derecho natural y resultan funcionales para una forma política que tiene como polos inseparables los derechos de los individuos y la soberanía del cuerpo político. Europa, precisamente por la pluralidad de los miembros que la constituyen, requiere, por una parte, de una superación del concepto de soberanía de los Estados y, por otra, debe no pensarse a sí misma como una nueva soberanía, o como una nueva y más amplia dimensión estatal. La superación de la conceptualidad política que se condensa en la soberanía comporta al mismo tiempo el repensar aquellos conceptos �como individuo, igualdad, libertad� que, en el modo en que han sido pensados a partir del iusnaturalismo moderno, aparecen como los fundamentos lógicos de la soberanía.
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