Juliá Sempere i Cebriàn, Rosa Nomen Ribé
Se incluyen una serie de observaciones que se consideran aplicables a una buena parte de nuestra industria de química fina, y como posible guía para encontrar soluciones a la crisis actual. Se atiende a la producción de principios activos farmacéuticos, como actividad estimada clave dentro del sector.
A fecha de hoy, ni siquiera los políticos más audaces se atreven a negar que nuestro modelo económico esté en crisis. También es verdad que quizás emplear el término crisis para definir la situación actual o no sea demasiado exacto o constituya, simplemente, un eufemismo. Si utilizamos la primera de las definiciones del Diccionario de la Real Academia Española que establece que crisis es el cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente, cabe destacar dos conceptos: uno, el de �enfermedad� y, el otro, el de �cambio brusco�.
¿Estaba �enferma� nuestra química fina? Pese a los retos de la globalización y a la escasa evolución de los procesos que sigue utilizando, hace uno o dos años nadie hubiese utilizado el concepto de �enfermedad� para definir su estado. Podíamos hablar de retos o de amenazas de la competencia de los países asiáticos, del desplazamiento de la actividad hacia ellos y de otros factores que los autores hemos ido desgranando en los últimos años en esta sección, pero nunca hubiésemos diagnosticado una real enfermedad grave del sector.
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