A finales del año 2000, Dell se encontraba seriamente dañada. La compañía favorita de los compradores de ordenadores personales desde su fundación en el año 1984 y la preferida de los inversores desde su salida inicial a bolsa en 1988, conocida por su experiencia en la cadena de suministro, que le permitió personalizar y entregar ordenadores para cualquier bolsillo y propósito, se paralizó. Con el estallido de la burbuja de Internet, su crecimiento se detuvo. Anunció sus primeros despidos y no cumplió las estimaciones de Wall Street y las de ganancias internas durante cinco años consecutivos. El precio de las acciones de la empresa cayó de 50 a 17 dólares. Hoy, observando cualquier indicador, Dell se encuentra entre las empresas más exitosas creadas en los últimos 50 años. Este artículo cuenta qué hizo para volver a la senda de los beneficios.
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