Gran parte de los lectores -quizás influenciados por los documentales y las películas hollywoodienses sobre la Segunda Guerra Mundial- tienen la sensación de que -a lo largo de esta contienda- los protagonistas de las operaciones terrestres eran unos titanes de unas 40 toneladas de hierro que armados con cañones de 75 u 88 mm. se enfrentaban en combates épicos. Pero en realidad los encuentros entre carros fueron escasos en comparación con la extensión de los frentes: el norte de Francia en 1940; el desierto norteafricano, desde 1941 hasta mediados de 1943; Italia, desde 1943 hasta el final de la guerra -combates con pocos efectivos-; Normandía, en verano de 1944 y, desde esa fecha hasta la penetración en Alemania, en el noroeste de Europa. En el teatro de operaciones del Pacífico no se desarrolló una batalla de carros que pudiera ser considerada como tal. El único frente donde se desarrollaron, con mayor intensidad, los encuentros entre carros de combate fue el Frente Ruso. Ya desde el comienzo de la Operación "Barbarossa" y hasta el derrumbamiento del ejército alemán los combates entre carros de combate fueron constantes,en algunos casos con efectivos muy numerosos por ambos bandos.
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