Las fórmulas de participación en beneficios se revelan como un instrumento de remuneración con un potencial significativo para mejorar los resultados tanto macroeconómicos como microeconómicos. El potencial macroeconómico está basado en la teoría de la "economía del reparto", que tiene como máximo exponente a M. Weitzman, y según la cual el reparto de beneficios conduce a un menor desempleo y a una mayor estabilidad económica en general. El potencial microeconómico se basa en la teoría de que los incentivos de grupo pueden dar lugar a un incremento de la producción y de la calidad al estimular el esfuerzo de los trabajadores, la cooperación y el intercambio de ideas e información. El presente artículo analiza brevemente la evidencia empírica en torno a ambas teorías, así como la justificación de una política pública en esta materia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados