Los procesos por bigamia seguidos a mujeres por el Tribunal del Santo Oficio, a parte del análisis histórico y social que pudiéramos encontrar, muestran a un Tribunal que basa fundamentalmente sus apreciaciones, conclusiones e incluso sus sentencias en lo que podríamos denominar la �chismografía� popular. Ello se conseguía a través de los testigos, piezas clave para conocer a la inculpada y su entorno. También eran importantes las preguntas que se hacían a los que declaraban tanto a favor, como en contra de la acusada, con los ítems que surgían de: �Si es público y notorio�, �si sabe, si conoce�, �si ha visto u oído�, también el testigo podía declarar: �me dixo�, �se dice�. Y podemos así comprobar que las declaraciones de los testigos llegaban a tener la categoría de prueba y eran decisivas en la valoración de los jueces de una persona y su proceder.
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