Las aseguradoras "monoline", un intermediario financiero relativamente desconocido en Europa, tienen un papel creciente en la financiación de infraestructuras tales como autopistas de peaje, aeropuertos, transporte público, puertos, Universidades, y Escuelas, entre otros, y financiación de entidades regionales y locales, como comunidades autónomas y ayuntamientos. Con origen en el mercado financiero de Estados Unidos, este tipo de intermediarios empiezan a operar desde hace unos años en los mercados internacionales, incluido España. Su función es "garantizar" la calidad crediticia de créditos, préstamos, bonos, series de flujos futuros de caja, titulaciones ya estructuradas, o financiaciones a entidades locales e infraestructuras, otorgándoles su propio "rating" crediticio que es en general el máximo "AAA". A cambio de una prima de seguro, la entidad que recibe la garantía mejora su riesgo crediticio ante los mercados financieros, bajando con ello el coste que cargan los inversores y bancos por financiar y aceptar ese riesgo crediticio. Adicionalmente, dicha garantía permite al receptor alargar el plazo de las financiaciones a plazos antes no alcanzables, que puedan llegar en algunos casos a más de 20 años.
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