Uno de los parámetros que miden el grado de desarrollo de un país es la dotación de infraestructuras que posee debido al carácter de elemento integrador de territorios y personas de las mismas. Los países en vías de desarrollo no disponen da la gran cantidad de recursos que requiere la construcción de infraestructuras, por lo que la colaboración público-privada se revela como una solución factible para conseguir dicha dotación. Sin embargo, dado la complejidad de algunos de estos proyectos y la volatilidad actual de los mercados financieros, se requiere un alto grado de imaginación para poder llevar a cabo los mismos. Este artículo describe distintas realizaciones, haciendo énfasis en las tendencias de los nuevos concursos.
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