El pensamiento ilustrado constituye en cierta forma el paradigma de la idea de progreso. La empresa de las "Luces" pretendió que la humanidad asumiera las riendas de su propio destino, alentando la razón humana como medio para liberar el conocimiento de las ataduras de la superstición y para que las relaciones entre las personas no vinieran determinadas por la riqueza o por el dominio. Hoy nos encontramos que en el pensamiento post-ilustrado o post-moderno ha desaparecido la idea de progreso ya que, tras más de dos siglos, permanecemos anclados en el marco conceptual de la Ilustración y se cuestiona la capacidad humana real para romper las ataduras actuales.
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