Como consecuencia de la revolución de 1910, en México se redefinieron los límites de la presencia extranjera en los más diversos ámbitos del quehacer nacional. Sobre este presupuesto, en este artículo se rastrean los conflictos que determinaron expulsiones o negativas de ingreso a ciudadanos estadounidenses. Desde el estallido la guerra revolucionaria hasta la década de los treinta, se estudian las prácticas sociales y las acciones gubernamentales en torno a la indeseabilidad con que fueron calificados integrantes de la comunidad estadounidense radicada en México. La indagación pretende reconstruir un espacio donde las expulsiones y las restricciones para inmigrar se fundaron en reclamos de justicia ante comportamientos que violentaban derechos sociales recientemente adquiridos, pero también en criterios raciales, de moral y seguridad pública tendientes a refundar el orden social mexicano.
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