En el reciente debate académico sobre criminalidad de empresa se ha prestado gran atención a la figura del administrador de hecho pero más bien poca al testaferro u hombre de paja. Aunque por lo general no existen especiales dificultades para considerar a este sujeto objetivamente responsable del hecho delictivo en el que interviene, desde el punto de vista de la responsabilidad subjetiva su actuación no siempre cumple con las exigencias propias de la imputación dolosa. El presente trabajo estudia la necesidad de castigo de estos sujetos y propone diversas vías para superar las posibles lagunas de punibilidad, ya sea reinterpretando ciertos aspectos de las reglas generales de imputación o creando un delito específico, en la línea del (aquí criticado) Proyecto de reforma del Código Penal español de 2006
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