Las obras de arte, y en especial aquellas que se incluyen entre la llamadas �artes visuales�, se ven en la actualidad sometidas a una buena cantidad de efectos de apropiación. Las instituciones políticas, los museos, así como los �especialistas� �el historiador del arte o el conservador de museo�, ponen en marcha esos efectos a través de sus respectivas competencias. Todo ello por no hablar del gesto de la firma y las políticas del nombre propio relativas a la autoría, o incluso, de aquella operación hermenéutica que querría decir el sentido propio, y la propiedad misma del sentido, expuesto en la obra. Ante esta cuestión, el pensamiento de Jacques... (Leer más) Derrida piensa una instancia inapropiable en la obra de arte, una cierta invisibilidad operante en las artes visuales mismas que hace sin embargo posibles todos estos efectos de apropiación. A ese movimiento complejo de desapropiación implícito en el gesto apropiador de la obra, o sobre la obra, J. Derrida le da el nombre de exapropiación. La obra arte, pues, es siempre obra exapropiada.
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