Este artículo presenta los elementos de confluencia entre dos figuras representativas del liberalismo moderado y su diferente expresión en España y Cuba como fueron Alejandro Oliván y Francisco Arango y Parreño, a partir de la aproximación a los fundamentos y consecuencias de la realización de los viajes azucareros que realizaron a las Antillas y diversos países europeos en 1829 y 1794, respectivamente. En especial, se trata el llevado a cabo por Alejandro Oliván, escasamente conocido y en el que se valoro tanto el patrocinio del Consulado cubano regido por Arango, como el peso de las relaciones de amistad y confianza entre Madrid y La Habana generadas por los integrantes de su red social
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