En 1740, la amenaza inglesa sobre Panamá hizo que los caudales del Comercio del Perú, allí desplazados para celebrar la Feria de Portobelo, fuesen trasladados a Guayaquil y de allí a Quito. En el artículo se analiza el contencioso entre los dueños de mulas y los comerciantes por el precio de los fletes entre Babahoyo y Guaranda, así como el papel jugado por el presidente de Quito don José de Araujo y Río, a quien le movían más sus intereses personales que el obrar en justicia. También se recogen en el trabajo una serie de datos relacionados con el transporte de las cargas a través de la Montaña
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