María Trinidad Gómez Talegón, Inmaculada Fierro Lorenzo, A. Vicondoa, Marta Ozcoidi Val, Francisco Javier Álvarez González
Introducción: Los conductores con trastornos mentales o por sustancias tienen mayor riesgo de accidentes de tráfico que los sanos. El objetivo del estudio fue analizar el resultado de la valoración de la aptitud para conducir en conductores con trastornos mentales y de conducta o trastornos relacionados con sustancias.
Pacientes y método: Se incluyó a 5.234 conductores que realizaron el reconocimiento médico-psicológico en dos centros de reconocimiento de conductores para obtener o renovar su permiso de conducir. Se recogió información sociodemográfica, pautas de conducción, tipo de trastorno y consumo de medicamentos y alcohol.
Resultados: El 3,3% de los conductores presentaban trastornos mentales o por sustancias. El 39,8% fueron valorados como "apto"; el 53,2%, como "apto con restricciones", y el 7%, como "no apto" para conducir. El mayor porcentaje de conductores valorados como "no aptos" está entre los que sufren trastorno por abuso o dependencia de drogas (25%) y demencia (14,3%).
Conclusiones: Dados el riesgo de accidente y la alteración de la aptitud para conducir de los conductores con determinadas enfermedades mentales o abuso/dependencia de sustancias, la evaluación del conductor con enfermedad mental o abuso de sustancias debe hacerse de forma individual, realizando una valoración global (edad, otras afecciones, valoración de la psicomotricidad, medicación, consumo de sustancias de abuso, etc.), poniendo especial interés en los síntomas que puedan derivarse de la enfermedad mental o los efectos secundarios de la medicación.
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