En su búsqueda de una mayor prosperidad para todos, gran parte de la humanidad cuenta con el sistema democrático de mercado, en el que los procesos para adoptar decisiones a nivel político y económico están intrínsecamente sesgados hacia el corto plazo. Esta circunstancia resulta poco apropiada para alcanzar una pauta de desarrollo sostenible, esto es, una pauta que equilibre de forma adecuada los intereses de la generación actual y de las generaciones futuras. En este artículo se analiza hacia qué partes del mercado puede orientarse la política pública con objeto de adquirir una perspectiva más amplia. Se recurre a algunos ejemplos prometedores en los que ya se han dado pasos en este sentido, y se recomiendan varias medidas políticas e institucionales que podrían contribuir a ello.
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