La cosmovisión mexica concebía que la realidad divina estaba traslapada en el espacio de las criaturas, se creía en una doble naturaleza del tiempo y del espacio. Por una parte, existía el tiempo-espacio original y ajeno ("anecúmeno"), poblado por seres "sobrenaturales": los dioses, las fuerzas, los muertos; por la otra, estaba el tiempo-espacio causado, propio ("ecúmeno"), el mundo creado por los dioses y habitado por las criaturas: los hombres, los animales, las plantas, los minerales, los meteoros, los astros.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados