Los avances en la producción agrícola mundial han estado ligados a los avances tecnológicos. Las técnicas de transformación genética de plantas han hecho posible la obtención de plantas transgénicas comerciales que incorporan tres tipos de caracteres para evitar las pérdidas debidas a plagas, enfermedades y malas hierbas. El objetivo de la primera generación de cultivos transgénicos es contribuir a minimizar las pérdidas de rendimiento en los principales cultivos y aportar una mayor sostenibilidad a la agricultura. Para analizar las consecuencias de esta nueva tecnología se ha tomado como modelo de referencia el cultivo del maíz Bt, por ser el único cultivo aprobado en la UE y porque se cultiva ininterrumpidamente en España desde su aprobación en 1998.
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