Gewalt den Aussenpolitischen Beziehungen Lateinamerikas am Beispiel der brasilianischen Sicherheits- und Expansionspolitik

• Autores: Jürgen Brummel
• Localización: Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas = Anuario de Historia de América Latina ( JbLA ), ISSN-e 2194-3680, Nº. 15, 1978, págs. 425-435
• Idioma: alemán
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• Resumen

  • Desde la segunda guerra mundial, América Latina no ha sufrido más que una sola verdadera guerra - la guerra del fútbol entre El Salvador y Honduras en 1969 ¿Cuáles son las razones de la relativamente escasa violencia entre los estados de una región frecuentemente caracterizada de violenta? El estudio de los quince mayores conflictos interestatales en que se ha empleado violencia deja reconocer tres tipos de violencia: Conflictos territoriales, conflictos hegemoniales y conflictos de sistema político. Varias veces ha sido la coincidencia de estos tres tipos la que ha conducido al uso de la violencia en América Latina frente al exterior. Juega un papel muy importante en la relación entre violencia y política exterior el "proscenio de la violencia", es decir los gastos de armamento y la capacidad amenazadora de los diferentes estados. En comparación con otras regiones del mundo los gastos de armamento en América Latina son relativamente modestos, la importancia de armas y sistemas de armas tiene muchas veces más bien carácter político que militar, lo que se explica por la "política de fragor de armas", tan típica en esta región. Como modelo de explicación para el raro uso de violencia interestatal pueden aducirse los factores siguientes: La prioridad de la estabilización interna, la ausencia de potencial de conflicto interestatal- a pesar de las innumerables conflictos fronterizos de la historia - y el papel del sistema regional de seguridad, es decir la OEA. Sin embargo, en los últimos años ha podido observarse en las relaciones exteriores de América Latina una evidente disminución de estos factores anti-conflicto; factores de política interior como la militarización hacia dentro, factores intrarregionales como la cristalización de ciertas zonas de influencia, factores interamericanos como la disminución de la influencia estadounidense, y factores extrarregionales como la diversificación de las compras de armamentos favorecen una creciente disposición para conflictos en América Latina. Por consiguiente, la violencia en forma manifiesta no ha jugado un papel importante en las relaciones exteriores de los países latinoamericanas. Predomina en forma latente, es decir corno violencia indirecta. Dentro de la región, la política exterior brasileña es un ejemplo sumamente explícito para este fenómeno. El Brasil emplea principalmente estrategias defensivas de violencia para contribuir, dentro del margen de la confrontación general ideológica, a la garantía de la "estabilidad" del propio orden y poder y del sistema regional. A tal efecto la violencia ofensiva sólo es empleada con fines preventivos, es decir para prevenir una posible amenaza o para procurarse un mejor punto de partida, un mayor potencial de poder o de violencia frente a uno de los países vecinos. La estrategia más importante en este contexto es, además del apoyo de regímenes amigos, la expansión política y económica, de la cual surge una relación asimétrica y por tanto estructuralmente violenta. La opción por una determinada estrategia de violencia depende de la evaluación de los objetivos y de la ponderación de los costes y del rendimiento, y además del análisis de la situación internacional y del propio margen de acción.