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Resumen de Die Rolle der Gewalt im mexikanischen Revolutionsroman

Roland Daus

  • Durante bastantes años después del estallido de la Revolución Mexicana de 1910 los literatos destacados, que vivían en la capital, no pudieron reaccionar con las descripciones y análisis correspondientes: les faltaban tanto líneas de contacto personales para con los hechos violentos de la gran guerra política y social como los medios literarios. El primero que se hace cargo del tema actual es un joven médico provinciano, Mariano Azuela . En "Los caciques" se acerca a ello presentando en escenas costumbristas la violencia "normal" de la vida mexicana, la acostumbrada opresión de los hombres por los mandamases locales. Estos cuadros hacen aparecer la violencia revolucionaria real, extraliteraria, la que opera en la realidad coetánea, como justificada, como la única contraviolencia posible. Cuando Azuela escribió su obra maestra "Los de abajo" en 1915, el contexto histórico ya no exigía interpretar la revolución como respuesta a la violencia encubierta de los antiguos opresores. La contrarrevolución de Huerta había sido abiertamente cruel. Por primera vez, un escritor mexicana presenta directamente los hechos violentos de la revolución. Recurre a la técnica de reportajes periodísticos y utiliza motivos de la poesía popular, describiendo de forma estereotipada un número limitado de sucesos extraordinarios, p. ej. "ejecuciones sumarísimas". La presentación abierta de la violencia más brutal plantea la pregunta de su proporcionalidad. En la primera parte de "Los de abajo" resulta comprensible su aplicación: es la contradefensa de los oprimidos. Pero cuándo los revolucionarios triunfantes tratan de liquidarse mutuamente (en las guerras entre los caudillos Villa, Carranza y Zapata), la violencia pierde todo sentido. La segunda y tercera partes de la novela constituyen una acerba crítica de tales excesos. Al final, los rebeldes se comportan de modo exactamente paralelo a los crueles reaccionarios del comienzo. El autor se ve confrontado con el dilema de la voluntad revolucionaria o el rechazo de esa revolución. La actitud crítica de Azuela llegó a ser especialmente ejemplar para los autores posteriores a 1925, después de haberse instalado en tiempos del Presidente Calles una nueva "burguesía revolucionaria". En la novela "El resplandor" Mauricio Magdaleno describe en 1937, cómo intentan de nuevo los campesinos una revuelta, pero fracasando esta vez contra los nuevos y despiadados caciques "revolucionarios". Así pues, en la tercera fase de la Novela de la Revolución Mexicana, los escritores adoptan una actitud "neutral". Presentan valores generales como el machismo; brillan en secuencias rápidas de asesinatos. La violencia es absolutizada. El impacto en el público es considerable, irradiando también sobre otras formas artísticas y países (el western italiano, p. ej.). En los años 50 la Revolución Mexicana es vista como una época definitivamente conclusa, y la violencia como su rasgo más típico y valorativamente neutro. El idilio de la violencia pasada en el Panteón de la Historia Nacional: fundamento inocuo en el Estado del "Partido de la Revolución Institucional.


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