Negociar es imprescindible cuando existe un conflicto de intereses alejados del punto común de acuerdo. En este contexto, un buen negociador no trata de imponer una solución, sino que busca un acuerdo satisfactorio para ambas partes. No llegar a ningún acuerdo es preferible a cerrar uno que no conviene. El fuerte en una negociación no es el más poderoso, sino el que tiene la mejor situación de no acuerdo.
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