"Reforma política" und Opposition in Mexiko

• Autores: Annette Manger, Manfred Mols
• Localización: Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas = Anuario de Historia de América Latina ( JbLA ), ISSN-e 2194-3680, Nº. 17, 1980, págs. 395-430
• Idioma: alemán
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• Resumen

  • La estabilidad política mexicana es una constante en los juicios científico y político sobre México. Sin embargo, la permanencia de la identidad estructural del sistema político postrevolucionario debe ponerse en duda. Se observan serias perturbaciones reiteradas, que se había tratado de resolver por ensayos diversos de reforma política, pero sin mucho resultado. La reforma política que implantó José López Portillo a partir de 1976, es la tentativa más reciente para estabilizar a la Revolución Institucional Mexicana, bajo condiciones básicamente alteradas en la sociedad. El sistema político no se había adaptado a la transformación socioeconómica del país. La Reforma Política que implementó López Portillo tenía como objetivo primordial el proveer una salida para las perturbaciones más salientes y, al mismo tiempo, mantener el sistema de dominación y así renovar la legitimidad del Estado. La Reforma Política consiste de una serie de cambios constitucionales, que se reglamentan por una nueva ley sobre partidos políticos y elecciones, con el objetivo de 1. integrar a las oposiciones extra parlamentaria y extrapartidaria a fin de controlarlas con mayor eficacia, y 2. garantizar la ejecución eleccional en una forma más formalmente perceptible por los ciudadanos, y la vez más controlada, a fin de asegurar la legitimidad del sistema.

    El análisis revela que los gobernantes han logrado en parte sus objetivos: el fortalecimiento de cierta pacificación en la esfera política y la formación de un número significativo de grupos oponente s de izquierda y derecha en partidos, o que buscan el registro como tales. Participan en el sistema político existente, y así lo aceptan. Las perspectivas para el futuro aparecen sólo negativas: la Reforma queda en la superficie de los fenómenos de los problemas verdaderos, que no están originados en el nivel político, sino que emanan de las estructuras socio-económicas. Se trata más bien de una forma de maniobra de diversión, dirigida a calmar a las clases/grupos que se desarrollaban como factor de descontento. Así, una reforma estructural quedaría por esperarse.