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Las Casas und die Kirchenväter

  • Autores: Bruno Rech
  • Localización: Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas = Anuario de Historia de América Latina ( JbLA ), ISSN-e 2194-3680, Nº. 17, 1980, págs. 1-47
  • Idioma: alemán
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Se está discutiendo si Las Casas debe considerarse como teólogo o como propagandista político. El autor opina que no existe ninguna contradicción fundamental entre esos dos conceptos, ni en general, ni cuando se considera en especial la obra de nuestro Clérigo. Visto que la mayoría de sus innumerables citas (imponente aluvión de citas que asombran y aturden al lector, según Menéndez Pidal ) son tomadas de la literatura teológica-patrística, la primacía de la formación teológica de Las Casas parece ser incontestable. Menéndez Pidal creyó poder descubrir en el pensamiento de Fray Bartolomé una ideología antricristiana, una contradicción a San Agustín y a la Biblia (p. XIII de su libro antilascasiano); eso le sirve, entre otros argumentos, para calificarle de mentalmente enfermo. Cierto es que San Agustín es para nuestro autor una grande autoridad a la cual en innumerables pasajes alega; le debe, entre otras, muchas informaciones sobre la religión, las costumbres del mundo antiguo y sobre las ciencias ocultas. Pero visto que sus adversarios por varias oportunidades le combatían con argumentos tomados de las obras agustinianas, argumentos esos que le causaron bastantes dificultades, Fray Bartolomé, en defendiéndose, necesariamente tenía que contradecir también al Santo. Raras veces le ataca abiertamente; no obstante no se puede desatender cierta distancia ideológica entre Las Casas y San Agustín. Eso no permite suponer que Fray Bartolomé haya tenido sentimientos anticristianos. Al autor, que quiere aclarar esas relaciones espirituales en el marco de una disertación sucinta, le parecía indicado extender su investigación a otros autores patrísticos. Por razones prácticas y materiales tuvo que limitarse a Ambrosio, Lactancio, Eusebio, Juan Crisóstomo, Jerónimo y Pseudo-Dionisio. Tocante San Ambrosio, Las Casas se refiere principalmente a "De vocatione gentium": en esa obra encuentra argumentos importantes para su lucha primordialmente emocional contra la Conquista. Sin embargo, hay que consignar que Ambrosio no es el autor de aquella obra. Otro escrito apócrifo que consulta es el pseudo·agustiniano "De Vita christiana": esa obra tiene para él menos importancia ante las innumerables citas tomadas de otras obras de San Agustín. En la obra de San Jerónimo, Fray Bartolomé encuentra, entre otras, palabras comprensivas tocante el mundo pagano y tocante a los oficios temporal y espiritual de los obispos. A ese ministerio le queda adjudicado, según él, el papel preferente en el proceso libertador de los indios. Lo mismo vale de San Juan Crisóstomo cuyo ideario corresponde más que nada a la mentalidad lascasiana. El le da buenos argumentos para una buena evangelización. Eusebio y Lactancio hacen hincapié de la acción ética del cristianismo. Lactancio es, igual que Agustín, una mina inagotable de argumentos contra la civilización antigua precristiana. Las Casas está convencido de que el cristianismo logrará desarraigar ciertos abusos y vicios como el canibalismo o los sacrificios humanos, lo mismo que lo ha logrado en el Mundo antiguo. La visión más grandiosa, en la cual no sólo los indios, sino también Las Casas tienen su lugar destinado, la debe a Pseudo-Dionisio. Por su mediación entra en sus obras, de otra manera regidas por Aristóteles y Tomás, el ideario del neo-platonismo tan caro a los pensadores renacentistas.


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