El objetivo de este trabajo es determinar si en el actual contexto descentralizado español de la tributación del agua, el resultado conjunto de las distintas decisiones de los diferentes niveles subcentrales de gobierno fomentan unos consumos adecuados mediante la reacción frente al precio del recurso y la tributación ambiental. El modelo econométrico muestra que los municipios han diseñado la imposición ambiental de forma que los tributos municipales que gravan el agua no racionalizan su consumo. Como consecuencia, muchas regiones han introducido una nueva figura impositiva a nivel regional que sustituye a los tributos municipales y que parece ser efectiva en el objetivo de reducir el consumo de agua.
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