Alicia Santos Expósito, José Luis Alonso Prados, José María García Baudín
La utilización de los productos fitosanitarios es una de las formas más importantes de proteger los cultivos contra organismos nocivos. Su uso conlleva beneficios importantes pero también presenta ciertos riesgos. Los beneficios se pueden encontrar tanto en el ámbito social, aumentando la salud y la calidad de vida de la población, como en el sector económico, permitiendo a los agricultores aumentar la producción de sus cosechas y realizar una siembra más flexible de sus cultivos, para garantizar el suministro y evitar un descenso en la producción, al mismo tiempo que se aumenta el volumen de exportaciones y se asegura un gran nivel de independencia con respecto a las importaciones agrícolas. También encontramos diversos beneficios medioambientales, que se reflejan en una reducción del uso de energía y una menor degradación ambiental. (J. Cooper; H. Dobson. Crop Protection. 2007, 26, 1337-1348).
En Europa, el actual marco legislativo que rige la autorización y comercialización (Directiva 91/414/CEE), y que establece un mercado europeo común para los productos fitosanitarios basado principalmente en el uso seguro de estos productos, ha permitido que los productos fitosanitarios jueguen un papel clave en la agricultura sostenible en Europa. Esta directiva especifica los requisitos que deben cumplir los productos fitosanitarios para su comercialización en los Estados miembro marcando estándares muy elevados en cuanto a salud pública y animal y seguridad medioambiental.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados