Cada barco es una isla flotante, así que nada más obvio que equiparlos con una planta solar aíslada, ¿no? En principio tienen un funcionamiento similar a la tecnología fotovoltaica en tierra firme, sin embargo, existen algunas diferencias que pueden ser decisivas para la seguridad de la tripulación, del barco y de la instalación. Por ejemplo, los marcos de vidrio y aluminio son un tabú en alta mar.
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