Este artículo explora la posibilidad de pensar a Michel Foucault como un pedagogo. Situarlo en ese lugar, asignarle ese objeto tan valorado en nuestra cultura, significa hacer un rodeo discursivo y analítico por sus tres conceptos mayores: el saber, el poder y la sujetividad. Rodeo que implica retomar una línea cultural muy diferente a la establecida por la pedagogía clásica (Rousseau y Pestalozzi). La línea Foucault arranca en Goethe y termina en Nietzsche y es la que hace a Foucault pedagogo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados