Se exponen en este artículo los procedimientos seguidos para perforar y estabilizar las paredes de taladros que, una vez introducida la armadura y rellenados con mortero (o lechada), se transformarán en micropilotes. La trama argumental del texto que sigue aborda la casuística generada en algunas actuaciones recientes de obras de micropilotaje, dónde la perforación sobre determinados materiales las apartó del grupo de obras normales y las situó en el de obras singulares. El origen del terreno atravesado en cada lugar fue de origen natural (rocas volcánicas), o artificial (escolleras y pilares de ladrillo macizo). Su dureza, dispersión de tamaños, abrasividad o logística del trabajo, impusieron metodologías diferentes para cada campo de operaciones
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