Antes de que el año llegue a su ecuador ya se puede afirmar que el 2007 será, una vez más, un buen año para las cifras de la construcción. Será también, según todos los indicativos, el año que marcará el punto y aparte en la dinámica de un sector que se ha acostumbrado a crecer por encima de los dos dígitos y que, presumiblemente, deberá adaptar sus estructuras al nuevo esquema que comienza a perfilarse en el horizonte del sector. Eso sí, sin dramatismos ni grandes aspavientos.
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