Introducción y objetivos. Comparar 2 definiciones diferentes de sedentarismo y averiguar cuál es más efectiva para detectar su relación con el síndrome metabólico (SM) y otros factores de riesgo cardiovascular.
Métodos. Estudio transversal de 5.814 individuos. Se compara el concepto de sedentarismo basado en consumir activamente menos del 10% del gasto energético total con el concepto basado en no realizar al menos 25-30 min diarios de ocio activo. Se analizan la actividad física declarada, la antropometría y los marcadores bioquímicos de riesgo cardiovascular. La relación del sedentarismo con el SM y los marcadores de riesgo se ajustó por el sexo, la edad y el tabaquismo.
Resultados. La prevalencia de sedentarismo en mujeres (70%) fue superior a la de los varones (un 45-60%, según el concepto empleado). El tiempo de ocio mostró la misma efectividad que la energía consumida: el sedentarismo se asoció directamente con el SM, el índice de masa corporal, las cinturas abdominal y pélvica, la presión arterial sistólica, la frecuencia cardiaca, la apolipoproteína B y los triglicéridos, e inversamente con el colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (cHDL) y la actividad de la paraoxonasa (ésta presentó el mayor porcentaje de variación entre sedentarios y activos). Como resultado colateral se obtuvo que la definición de SM propuesta por la Federación Internacional de Diabetes se asocia con mayor fuerza que la del ATP-III a cualquier concepto de sedentarismo.
Conclusiones. Dada su mayor facilidad de obtención, en la práctica clínica es recomendable el uso del concepto de sedentarismo basado en averiguar si el paciente realiza al menos 25 min diarios de ocio activo. La actividad de la paraoxonasa es un marcador de interés para el estudio del sedentarismo
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