Este artículo cuestiona la hipótesis asumida por muchos investigadores del populismo acerca del supuesto lazo directo entre el líder carismático y las masas. La mayoría de los estudios del peronismo han eludido casi por completo la función mediadora de personalidades provenientes de diversos sectores sociales y políticos, cada uno de los cuales brindó su aporte a la movilización de apoyo a Perón, a la estructuración de su liderazgo y a la modelación de la doctrina justicialista. Si bien es cierto que el líder no utilizó los canales partidarios institucionalizados para movilizar apoyo y para transmitir sus mensajes a las masas entre los años 1943 y 1946, no es cierto afirmar que prescindió de la función mediadora y que podía por si mismo establecer el lazo directo y continuo con las masas y activarlas según sus necesidades. El artículo se centra en la figura de uno de estos mediadores, José Figuerola, que trajo consigo de España un bagaje ideológico que fortalecía tendencias nacionalistas y corporativistas en la doctrina justicialista.
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