De los escritores españoles exiliados, escasa o nulamente leídos en la posguerra, que tuvieron mayor difusión en los lectores inquietos del momento, quizá fue Max Aub el más favorecido. Mantenía abundante contacto epistolar con los jóvenes y nos incluía en alguna de sus antologías de poesía española del momento. Su nombre y sus geniales bromas literarias y creaciones de una originalidad no frecuente en nuestras letras, le valieron cierta prestigiosa popularidad. En el caso de Ramón J. Sender, hubieron de pasar unos lustros para que, luego de su redescubrimiento, circulara su obra con naturalidad en nuestro ámbito literario.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados