La experiencia del mal del siglo XX muestra una cara bifronte. Unas veces su rasgo más destacado es el exceso y la ausencia de medida; otras, su banalización. Aquí se propone la categoría de un "mal común» como algo incorporado a la experiencia ordinaria y, al mismo tiempo, como una especie de paradójico patrimonio colectivo de la civilización. Mientras que el mal tradicional se situaba en uno de los extremos de una oposición polar, el mal contemporáneo se distingue sobre todo por las contradicciones y antinomias que se dan en su interior.
20th century experience of evil is a double-faced phaenomenon. Of course, excess and lack of measurement is one of its more relevant features, but banalization is the other side of that ambivalent concept. This paper defends the cathegory of "common evil» as a concept rooted in ordinary experience and, in a certain sense, as a paradoxical collective endowment of civilisation. While traditional evil belonged to one of the two extremes of a polar opposition, the essence of contemporary evil rests in its internally contradictory and antinomical condition.
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