Se expone la vicisitud diagnóstica de una hernia paraesofágica de gran tamaño con riesgo de torsión en un varón de 84 años que gozaba de buen estado general y no tenía antecedentes clínicos de interés hasta la noche anterior, cuando se despertó sintiendo disnea y dolor mal localizado en el epigastrio, acompañado de un pico febril. Tras el breve interrogatorio con respuestas muy ambiguas que no resultaron concluyentes, con los datos de la exploración física, el electrocardiograma y los resultados de la analítica de urgencia y el nivel hidroaéreo que demostró la radiografía de tórax en bipedestación, se realizó el diagnóstico principal. Se descartó un infarto agudo de miocardio o una embolia pulmonar. Una vez estabilizado el paciente, se solicitó esofagogastroscopia; a las pocas horas se le sometió al resto de las exploraciones complementarias, tránsito intestinal, enema opaco y tomografía computarizada (TC), cuyos resultados motivan la discusión genérica del caso y la revisión bibliográfica desde una perspectiva geriátrica. Se constata la escasa publicación de artículos sobre hernias diafragmáticas gigantes en personas octogenarias y se comenta la aportación de las técnicas empleadas en el diagnóstico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados