Comentamos en el artículo la primero propuesta escrita de la anunciada Ley de calidad de lo educación en la que se confirma buena parte de lo anunciado: elitismo, segregación, academicismo, autoritarismo, centralismo, un retorno al pasado sin más justificación que el uso de la mágica palabra calidad y la magnificación mediática de los problemas propios de una sociedad en rápida transformación, reflejados también en el sistema educativo. Paradójicamente ningún diagnóstico de la situación ni ninguna medida para abordar los proble-mas realmente existentes.
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