Antonio Pérez Sánchez, José María Sanz Zaragoza
El sur de Aragón no fue tierra de cultivo del mudéjar, concentrado fundamentalmente en los valles del Jalón, Jiloca y Gállego, en definitiva del Ebro. La excepción es Teruel, única población aragonesa que vierte a la cuenca del Júcar en la que se manifiesta el arte mudéjar. Por ello, a su singularidad estilística se añade esta circunstancia geográfica como un hecho aislado, que tiene su explicación en su condición de relevante ciudad frontera.
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