Fernando Martel es licenciado en Ciencias Religiosas y profesor religión, desde hace años viene trabajando con niños y buscando lenguajes apropiados para la transmisión de la fe y la educación religiosa. En este artículo nos introduce en la problemática que plantea el “misterioso mundo infantil” a través del cual, padres, catequistas y profesores tratan de inculcar la experiencia religiosa. Reconocer el proceso evolutivo intelectual y adecuar los métodos a las aptitudes de los niños, se hace imprescindible para una adecuada y positiva vivencia del encuentro entre el niño y Dios. Pero también es necesario que el adulto reconozca en sí mismo la necesidad de revisar sus propios conceptos e imágenes de Dios para no resultar impedimento.
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