Este trabajo experimental muestra que al reciclar las fibras de celulosa del papel para fabricar uno nuevo, sus propiedades físicas se deterioran (resistencia a la tracción, desgarro y estallido). A medida que se va reciclando la pérdida de dichas propiedades aumenta, lo que prácticamente inutiliza el nuevo papel. Con la adición de unos productos químicos de uso común en fábricas de papel, para otros menesteres, se consigue paliar la caída de las propiedades físicas de la fibra y conseguir que puedan reutilizarse para fabricar papel.
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