Guillermo Pablo Vansteenberghe Waeterschoot
El fenómeno de la mundialización viene afectando al mercado del trabajo desde casi 20 años. Una de las repercusiones más claras de este hecho económico, es la llegada a lo largo de estos últimos 15 años de un gran monto de personas extranjeras dispuestas a encontrar un futuro laboral digno en nuestro mercado.
La Comunidad Valenciana se ha ido transformando en la tercera región española en cuanto a recepción de inmigrantes, buena demostración de una economía dinámica y en pleno crecimiento. Estos inmigrantes han contribuido de forma evidente al despegue económico y a la renovación generacional de nuestra Comunitat y de España en su conjunto, por encima incluso de la media europea.
Este artículo trata de recopilar las especificidades de la inmigración en el sector agrícola, que destaca en importancia en dos aspectos fundamentales: primero es un sector donde en el periodo inicial de inserción laboral soluciona muchos de los problemas que experimenta el trabajador inmigrante debido a su estatus de irregular. En segundo lugar, por sus características, se convierte en un sector siempre abierto a la contratación para los inmigrantes en caso de contracción económica. El principal problema que arrastra el sector es la dificultad de alcanzar, a veces los mismos niveles de contratación regular que otros. Se concluye con la presentación de una serie de medidas de posible aplicación para conseguir aún más la integración y permanencia de la mano de obra en este sector.
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