El rápido cambio social es una de las características más destacables de la historia moderna de España. La introducción de cambios tecnológicos y de todo tipo en el siglo XX provocaron la transformación de la estructura social, incluyendo fenómenos importantes como el éxodo rural, la diversificación del proletariado urbano, el incremento de estudiantes, intelectuales y técnicos, y favoreciendo la movilidad gegráfica. La población pasó de 18 millones en 1900 a casi 38 en 1981. También se señala que la fuerte tendencia hacia la emigración ha cesado. Actualmente la emigración predominante es interior, del campo a zonas urbanas. También es destacable el incremento de las diferencias regionales
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