“El hombre desde el seno materno pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus manos, que le ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que en él entrevé el adulto de mañana, cuya vocación está ya escrita en el libro de la vida”. Estas palabras de Juan Pablo II iluminan el estudio que el Profesor Núñez de Castro hace de las traducciones del verso 16 del Salmo 139 que encabeza los números 58-63 de la Encíclica Evangelium vitae, en los que se condena precisamente el aborto. Dado que en las distintas traducciones que habitualmente utilizamos se encuentran matizaciones y diferencias resulta interesante considerarlas para poder comprender y asumir con mayor conocimiento de la cuestión el magisterio de Juan Pablo II sobre esta decisiva cuestión.
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