De las cuatro obras mayores que Llorente dedicó a la Inquisición de España, la primera es Discursos sobre el orden de procesar en los Tribunales de Inquisición. El género literario de los Discursos es el adecuado a un dictamen profesional. El Gran Inquisidor Abbad y Lasierra había solicitado el informe con ánimo de reformar aquel Tribunal privilegiado. El final de Abbad, obligado a dejar su empleo, permitiría comprobar lo arriesgado de cualquier proyecto reformista que tuviese que ver con el Santo Oficio. Llorente redactó su informe consciente de la necesidad de cautelas.
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