La aportación del sector comercial a la economía española es de indudable importancia: supone el 10% del PIB actual, y proporciona empleo al 14,7% del total de los trabajadores. En la actualidad, la distribución minorista se encuentra en un momento de gran dinamismo, afrontando en los últimos años los cambios más importantes de su historia reciente, en un proceso de continua adaptación a las demandas de los consumidores, sus clientes. El sector de la distribución minorista se encuentra ya en una fase de plena madurez, caracterizada por discretos crecimientos en volumen de facturacion, rendimientos decrecientes y concentración de competidores: en los últimos años se ha asistido a process de adquisición de cadenas locales/ regionales por parte de grandes operadores. Adicionalmente, se trata de un sector donde la competencia es universal y masiva: todos los formatos compiten entre sí por captar más renta de los clientes y las diferencias de precio entre los diferentes canales se han reducido notablamente. En ese entorno, las empresas que actualmente operan en la distribución moderna no se plan tean la disyuntiva de crecer o no; deben crecer para garantizar su propia supervivencia a largo plazo. Por tanto, el reto para una empresa de distribución moderna es crecer en un mercado que no crece, y encontrar una fórmula propia para hacerlo.
The contribution of the commercial sector to the Spanish economy is of undeniable importance: it accounts for 10% of the current GDP and employs 14.7% of the total workforce. Retail distribution is currently experiencing a particularly dynamic period. Over recent years, it has faced the most important changes in its recent history and has undergone a constant process to adapt to the demands of the consumers, its customers. The retail distribution sector is now enjoying a period of maturity, characterised by discrete increases in turnover, decreasing returns and consolidation of competitors: we have witnessed a process where the major operators have acquired regional/local chains over recent years. In addition, it is a sector where competition is universal and wide-spread: all the formats are competing to ensure greater revenue from the customers and the price differences between the different channels have fallen significantly. In this setting, the companies that currently operate in the modern distribution segment are not facing the dilemma of whether to grow or not. They must grow to guarantee their own survival in the long term. Therefore, the challenge facing a modern distribution company is to grow in a market that is not growing, and to find a suitable formula to do so.
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